viernes, 7 de agosto de 2009

La ola maldita

Antes de nada, ¡¡perdón por el retraso!!

La culpa es de mi prima que me ha entretenido el rato que tengo pensado para escribir aquí. No creo que se queje, está durmiendo...

Hoy el día ha tenido de todo. Para empezar, he amanecido en Logroño relativamente pronto, y he decidido hacer el camino de manera muy tranquila y pausada. ¿El motivo? Mi prima vive en Hondarribia, casi pegado a Francia, a 20 km de Donosti, y he pensado que estaría bien parar y hacerle una visita. Aunque no estaba del todo convencido, anoche, a última hora me mandó un sms diciéndome lo siguiente: "Vente si quieres, mañana ceno chuletón con dos amigas mías" Y claro, uno no es de piedra...

El viaje es bastante corto, menos de 150 km, pero la carretera no es línea recta ni mucho menos. Es mas bien carretera de montaña hasta Alsasua, que se vuelve a coger la A-1. Pero hasta entonces, solo se puede hacer una cosa: gozar.

La carretera es mas bien curvilínea, decorada con pequeños pueblos de grande iglesias y plazas inimaginables en lugares tan recónditos. Siento que sea tan tarde como para tener 2 minutos mas de la cuenta y no poder poner un par de fotos para verificar mis palabras. Aunque todo el camino es tremendamente recomendable, el puerto de Exegarate es un lugar inevitable, pues las vistas del nacimiento del río que lleva el mismo nombre es inolvidable. El resto de la carretera sigue siendo casi inexplicable, ya que tiene unas curvas divertidísimas incluso para una Vespa de casi 20 años.

Una vez llegados a Donosti, el día se presentaba muy tranquilo, pues la moto apenas tenía trabajo y a mi me quedaba disfrutar del resto del día hasta la noche. El caso es que me he ido a la playa de la Concha a echarme una siesta, creo que me la había ganado. Tras dormirme no mas de media hora, de repente una ola, venida de la nada, ha invadido mi intimidad y la de mi toalla. Como por motivos ajenos a mi voluntad no llevaba bañador, toda mi ropa ha quedado empapada. Y aunque el hecho parecía una anécdota sin mas, me ha estropeado el resto del día, ya que lo he pasado lleno de arena, mojado y lejos de mi destino. Para colmo ha llovido un poco, pero el destino no se ha atrevido a retar mi mal humor, sinceramente.

No sin cierto esfuerzo, ya que mi móvil había perecido con la ola, he conseguido dar con mi prima, y por fin, después de una cena copiosa y un par de brindis, he podido relatar este día tan inesperado.

Mañana tengo que rehacer mi ruta, pues no creo que duerma en Castro-Urdiales, aunque nada es descartable. Ni siquiera he mirado el mapa ni he tenido tiempo de poder colgar unas fotos, lo cual espero poder hacer dentro de unas horas, mucho después de que amanezca, pues lo hace en poco tiempo y de cara a donde duermo.

¡¡Saludos!!


la Vespa en la playa de la Concha
Sergio en Donosti
San Vicente de Arana
La ruta del día 2

2 comentarios:

  1. Primo, qué pena ese amanecer nublado... y qué pocas ganas de currar hoy ya viernes...la verdad es que ha estado guay la visita, y creo que la compañía también no???? (bueno, y el txuletón por supuesto)
    Buen viaje, ya me he enganchado al blog...
    Besos

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